Desde inicio de año hasta el lunes 26 de abril, la Defensoría de Niñez de Montero, tenía registrado 52 casos; 24 de ellos se refiere a violencia psicológica y 28 a violencia física en contra de menores de edad.
El dato fue revelado por el asesor legal de esa entidad municipal Abel Malcu, al afirmar que las cifras estadísticas merecen preocupación porque a ese ritmo, diariamente se estarían presentando dos casos diarios de vulneración de los derechos de los menores.
Refirió que un 40% de las agresiones provienen de familiares que no son los padres, pueden ser los padrastros, abuelos, tíos o quienes tienen el cuidado de los menores; un 50% son los propios padres que someten a castigos físicos a los niños, y un 10% por terceras personas que pueden ser vecinos u otras personas, explicó.
Esta situación debe llevarnos a reflexionar sobre la existencia de casos de maltratos en contra de los menores en la ciudad, “como Defensoría cada caso lo abordamos como la situación amerite y en algunas oportunidades hemos tenido que realizar la denuncia formal a los autores de los abusos ante la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv), porque ya no se podía aguantar los hechos reiterativos de vulneración de derechos de los niños”, precisó Malcu.
El funcionario cuestionó que en muchos casos los padres, por motivos laborales, han estado ausentes en el crecimiento y la educación de sus hijos y cuando han retornado al país han intentado educar a su manera a los hijos, situación que crea un rechazo de parte de los menores, porque están acostumbrados a escuchar a la persona que acompañó parte de su crecimiento.
“Cuando los padres llegan a imponer su autoridad es un poco complicado porque los niños están acostumbrados a escuchar a las personas con las que se criaron; un tío, un abuelo y cuando los papá quieren educarlo a su manera provoca una dificultad porque los menores se vuelven rebeldes o agresivos, situación que puede llegar a consecuencias lamentables”, indicó.
Malcu recomendó a los padres de familia en lo posible no abandonar o apartarse de los niños, no dejarlo con familiares, particularmente en su primera infancia hay que estar con ellos cosa de que el menor pueda recibir la educación, el cariño, protección y el afecto de sus propios padres desde su niñez, puntualizó.
*Montero Noticias con datos de Ahora Noticias
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