La Iglesia Católica se apresta a celebrar la vigilia de Pentecostés

El padre Henry Cuéllar, párroco de Nuestra Señora de las Mercedes, invitó a la feligresía de Montero a participar de los actos religiosos con motivo de la llegada del Pentecostés y en este caso, este sábado con la celebración de la Vigilia de Pentecostés, o fiesta del Espíritu Santo.

Este sábado a partir de las 19:30 se inicia la vigilia de Pentecostés con la preparación de la llegada de este tiempo litúrgico al amanecer del domingo, cuando se cumplen 50 días después de la Resurrección de Jesucristo. De ahí el término pentecostés.

Según lo expresado por el párroco, en este día se recuerda el descenso del Espíritu Santo en lenguas de fuego sobre la cabeza de los apóstoles fundando lo que llega a ser la Iglesia que pervive hasta nuestros tiempos, lo que en términos del sacerdote, llegaría a ser la celebración del ‘cumpleaños’ de la Iglesia en Pentecostés.

Esta celebración se realizará después de mucho tiempo en el templo con la participación de la feligresía según el padre Henry, ya que los niños y jóvenes de primera comunión y confirmación tendrán su vigilia en otro recinto. Los asistentes participarán de la Eucaristía de la Aurora que será celebrada a las cinco de la mañana y «así dar gracias a Dios, porque nos envía al Espíritu Santo con sus siete dones y su protección», sostuvo.

Es bueno tener presente, que todo el tiempo de Pascua es, también, tiempo del Espíritu Santo, Espíritu que es fruto de la Pascua, que estuvo en el nacimiento de la Iglesia y que, además, siempre estará presente entre nosotros.

Una vigilia, que significa “Noche en vela” porque se desarrolla de noche, es un acto litúrgico, una importante celebración de una comunidad que vigila y reflexiona en oración mientras la población duerme. Se trata de estar despiertos durante la noche a la espera de la luz del día de una fiesta importante, en este caso Pentecostés.

La fiesta de Pentecostés, es el segundo domingo más importante del año litúrgico, donde los cristianos tenemos la oportunidad de vivir intensamente la relación existente entre la Resurrección de Cristo, su Ascensión y la venida del Espíritu Santo.

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