Este jueves 30 de mayo, Montero concentrará a su feligresía católica en el Estadio Gilberto Parada después de varios años de receso por la pandemia del Coronavirus. El pueblo demuestra su compromiso con la fe en la presencia viva del redentor a través del Pan y del Vino, que representan al cuerpo y la sangre de Jesús.
El estadio será abierto para el ingreso de los fieles a partir de las 02:00 de la tarde. A las 03:00 comenzará a desarrollarse la animación y el ambiente de alegría y fiesta, como preparación para la celebración eucarística que dará inicio a las 16:00.
Después de aproximadamente una hora, saldrá la procesión desde el estadio y se dirigirá a la plaza principal hasta el atrio del templo, donde se impartirá la bendición final de la eucaristía que había comenzado en el estadio.
El padre Henry, párroco de Nuestra Señora de las Mercedes, mostró su satisfacción por la predisposición que existe en el pueblo y entre los grupos que son parte de la Parroquia por el retorno de todos a la celebración en grande como ocurría en años anteriores a la pandemia,
Según palabras del párroco, este acontecimiento, no es otra cosa que la expresión de fe de todos los feligreses con la participación de los centros pastorales, las organizaciones, cofradías y grupos que estarán presentes con todos sus componentes.
El sacerdote expresó su alegría por «la forma cómo la gente se compromete con su participación demostrando su amor a nuestra tierra y principalmente a Dios que nos trae su berndición y aparta todo lo malo».
De acuerdo con la información, el acto central estará presidido por el Obispo Auxiliar de Santa Cruz, Monseñor Estanislao Dowlaszewicz, quien hasta el año 2001, fungió como párroco de Nuestra Señora de las Mercedes en Montero.
A Mons. Dowlascewicz se lo recuerda por su ordenación como obispo Auxiliar de Santa Cruz en presencia del entonces Arzobispo de Santa Cruz Julio Terrazas en este mismo estadio ante una multitud de fieles católicos. Ese día el sacerdote, había expresado una frase inolñvidable: «la caldera del diablo, se ha convertido en el templo de Dios», en alución al nombre por el cual es conocido este escenario deportivo.
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