Verónica Ayala Zambrana jamás imaginó que aquel viaje sería el último de su vida. A sus 33 años, aceptó transportar 94 cápsulas de cocaína en el interior de su cuerpo, plenamente consciente del riesgo que esto implicaba. Sin embargo, en su trayecto en un bus interdepartamental desde Cochabamba hacia Santa Cruz, el destino le jugó una trágica pasada: una de las cápsulas explotó, provocando su muerte.
“Se pudo extraer del estómago de la mujer 94 cápsulas, de las cuales una se reventó dentro de su organismo, causando su deceso”, informó el fiscal Ismael Palenque.
Verónica, quien atravesaba un cuadro de depresión y desesperación por la falta de empleo, tomó esta peligrosa decisión en un intento de ayudar económicamente a su familia. Junto a ella, fue detenido su hermanastro de 18 años, quien permanece en detención preventiva por 60 días en el penal de Palmasola.
«El joven confesó que ambos recibirían un pago de mil bolivianos cada uno por transportar la droga desde Cochabamba hasta Santa Cruz», agregó el fiscal.
Este caso no es aislado. Hace una semana, María Teresa Manaca Méndez, oriunda de San Matías, falleció en circunstancias similares. Una de las 72 cápsulas de cocaína que transportaba hacia la frontera con Brasil estalló en su estómago, causando una intoxicación severa. El incidente ocurrió mientras esperaba en un bloqueo de caminos en San José de Chiquitos.
Ambos casos evidencian el peligroso y mortal costo que puede tener la desesperación por la falta de oportunidades económicas.
*Fuente: Clave 300
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