Binomios presidenciables: difícil elección. No hay que fallarle al soberano; Bolivia debe ser salvada

El 19 de mayo es el último día para que las alianzas y partidos políticos registren los nombres de los candidatos a presidente, vicepresidente, diputados y senadores que participarán en las elecciones nacionales del 17 de agosto de 2025.

*Por Víctor Hugo Callaú l Abogado

Algunas alianzas y partidos ya tienen definidos a sus candidatos presidenciales, restando por elegir a los acompañantes de fórmula. Por ejemplo, la Alianza Libre ha definido que Jorge “Tuto” Quiroga Ramírez será su candidato a la presidencia, y se especula que su acompañante a la vicepresidencia podría ser el periodista cruceño José Gary Añez. En la Alianza de la Unidad, el candidato confirmado es el empresario Samuel Doria Medina, y se rumorea que su compañero de fórmula sería Zvonko Matkovic Ribera. Por su parte, la alianza APB-Súmate postula al actual alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa.

En Unidad Cívica Solidaridad (UCS), aún no se han definido a sus principales candidatos. El Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) sugiere que su presidenciable sería Chi Hyun Chung. El Partido Demócrata Cristiano ya definió que el economista Jaime Dunn de Ávila será su candidato. Mientras tanto, en los partidos de izquierda —muchos de ellos divididos y con serios conflictos internos—, la definición de candidaturas aún está pendiente.

En el Movimiento Al Socialismo (MAS), se menciona que el candidato sería el actual presidente del Estado, Luis Arce Catacora, y que su compañera de fórmula podría ser la diputada Deisy Choque o la dirigente de las Bartolinas, Flora Aguilar.

El Movimiento Tercer Sistema está a la espera de la aceptación del senador Andrónico Rodríguez para oficializar su candidatura presidencial. Al mismo tiempo, se da por hecha la inhabilitación de Juan Evo Morales Ayma como candidato en este proceso electoral. Existen, además, otras alianzas y partidos que aún no han definido sus binomios.

El tiempo se acorta y el escenario político se mueve con rapidez. El departamento de Santa Cruz —y en particular la ciudad de Santa Cruz de la Sierra— es el epicentro de las campañas políticas, de la construcción de alianzas, y del esfuerzo por encontrar compañeros de fórmula que sumen votos. Esta región también concentra pugnas internas y rivalidades entre actores políticos.

La política es dinámica, y la percepción del electorado cambia conforme avanza la campaña y se conocen los candidatos y sus propuestas.

Actualmente, parece que la Alianza Libre lleva ventaja y goza de una significativa preferencia electoral en Santa Cruz de la Sierra. Jorge Tuto Quiroga apuesta fuertemente por este departamento, que concentra un tercio del padrón electoral nacional. Un buen resultado aquí le permitiría asegurar representación en la Asamblea Legislativa y aumentar sus chances de llegar a una segunda vuelta, si logra mejorar su votación en La Paz y Cochabamba.

Por su parte, Samuel Doria Medina, de la Alianza de la Unidad, lleva adelante una campaña estratégica. Ha recorrido el país sumando adeptos, con buena aceptación en El Alto. Sin embargo, debe mejorar su posicionamiento en La Paz y trabajar arduamente en Cochabamba, sin descuidar otros departamentos de menor peso electoral, donde también tiene apoyo.

Doria Medina cuenta con el respaldo de Luis Fernando Camacho, gobernador electo de Santa Cruz, lo que lo haría contar con el apoyo de CREEMOS en ese departamento. Esta situación podría estar empujándolo a elegir un candidato a vicepresidente cruceño, decisión que no lo tiene del todo cómodo.

Tiene dos opciones:

Elegir a un candidato cruceño, asegurando un alto porcentaje de votos en Santa Cruz gracias al respaldo de Camacho. Sin embargo, esta votación se disputará palmo a palmo con Tuto Quiroga y con los candidatos del MAS, que mantiene presencia en el área rural y entre los funcionarios públicos. Esta decisión podría incomodar a los asesores y seguidores de occidente.

Elegir a un candidato del occidente, lo que podría fortalecer su imagen y sumar votos en La Paz, Oruro, Potosí, Tarija, Chuquisaca y Cochabamba. Esta opción no sería del agrado de CREEMOS, que exigiría un vicepresidente cruceño y de sus filas. Son tiempos difíciles para Doria Medina, quien deberá tomar una decisión estratégica junto a sus asesores y aliados.

El candidato de la Alianza APB-Súmate, Manfred Reyes Villa, no ha logrado generar entusiasmo en el electorado. Su bastión es el municipio de Cercado y su área metropolitana en Cochabamba. Aunque ha intentado posicionarse a nivel nacional, no lo ha conseguido. En Santa Cruz, su presencia es débil, y errores e insultos al inicio de la campaña le han pasado factura.

El MAS, con Luis Arce como candidato, atraviesa una crisis interna que ha debilitado su estructura. Las divisiones entre dirigentes y bases complican su panorama. A esto se suma el desgaste del gobierno de Arce, considerado por muchos como uno de los peores de los últimos tiempos, debido a la crisis económica, la inflación, la escasez de dólares y combustibles, y el bloqueo a exportadores y productores.

No obstante, el MAS conserva una fuerte militancia, y no debe ser subestimado. Su base está organizada, adoctrinada y movilizada, lo que le asegura una votación significativa.

Hace unos meses afirmé que, si aparecía un candidato emergente —ya sea de derecha o izquierda— que proyectara credibilidad y confianza, gran parte del electorado se volcaría hacia él. Hasta ahora, en la derecha no ha surgido ese liderazgo. En la izquierda, la figura emergente parecía ser Andrónico Rodríguez, quien desplazó políticamente a su mentor, Evo Morales, y disputa la candidatura con Luis Arce.

Sin embargo, su falta de liderazgo, su indecisión y su cercanía al actual gobierno le restan fuerza. Si se postula por otro partido de izquierda, podría restar votos al MAS, pero no lograría imponerse en primera vuelta. Para gran parte del electorado, Andrónico ya dejó de ser una opción creíble.

Se aproxima una campaña polarizada entre izquierda y derecha. El pueblo sabrá elegir con sabiduría al próximo presidente de Bolivia, que seguramente gobernará con una Asamblea diversa y fragmentada, lo que podría dificultar una gestión efectiva.

El soberano no puede equivocarse. Debemos ser responsables con nuestro voto. Hay que salvar a Bolivia.

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