Tras el Censo, Bolivia deberá discutir la nueva distribución de dinero y poder político

En seis meses se deben conocer los primeros resultados de los datos recogidos por los censistas el 23 de marzo, día del Censo.

Tras 12 años, Bolivia actualizó sus datos de población y vivienda a través del Censo de Población y Vivienda 2024 que se desarrolló este sábado, después de paros, problemas de límites y un operativo que movilizó a cientos de voluntarios censistas.

Bolivia tiene nuevas estadísticas que abren un nuevo tiempo político y económico.

El Censo debió ejecutarse en 2022, pero la pandemia, problemas en el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y los conflictos políticos, lo retrasaron dos años.

Un paro de 36 días, y una extensa negociación en tres ciudades, evitó más retrasos para la ejecución del Censo.

Según las autoridades, en seis meses se deben conocer los primeros resultados de los datos recogidos por los censistas el 23 de marzo.

“Al 30 de agosto, como se ha comprometido, se van a presentar los datos de la población, de ahí la tarea en adelante corresponde a otras instancias”, dijo la viceministra de Comunicación, Gabriela Alcón.

Estos datos dibujarán una nueva geografía electoral y servirá para redistribuir circunscripciones electorales, es decir, escaños parlamentarios.

“El Tribunal Supremo Electoral se debe atener a la metodología establecida”, dijo el presidente del TSE, Oscar Hassenteufel.

Pero también los datos del censo obligarán al país a debatir si la actual repartición de recursos del Estado, que concentra más del 85% del presupuesto en el nivel central, debe tener un ajuste y de qué tipo.

Gobernaciones, municipios, universidades y gobiernos indígenas deberán sentarse a dialogar con el Gobierno nacional con miras a un Pacto Fiscal.

Desde Santa Cruz, se exige mayor equidad en la distribución del presupuesto para impulsar el desarrollo desde las regiones.

Unitel

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