Por: Róger Cuéllar Castro
La pandemia del coronavirus ha golpeado muy duro a la economía en todo el mundo y las previsiones señalan que la recuperación demandará nomás varios años. En medio de esta situación siempre existen excepciones y una de ellas en Santa Cruz es la cabaña lechera El Naranjal, ubicada a pocos kilómetros de la ciudad de Montero del departamento de Santa Cruz (Bolivia), de don José Gabriel Roca Chávez y su familia.
URBE.BO Y URBE BOLIVIA (en Facebook) fueron testigos de que se trata de una verdadera joya productiva que opera en plena armonía entre la tecnología de última generación, desechos reutilizables y el medioambiente. En 1995, arrancó con una producción de 150 litros día y este año tiene proyectado alcanzar los 7.000 litros, que adquiridos por la Planta Industrializadora de Leche (PIL), instalada en la provincia Warnes de Santa Cruz.
José Gabriel Roca, el gran artífice de esta lechería, cuenta que cuando su padre les entregó tierra como herencia, él empezó con 300 vacas lecheras. “Después de trabajar sin descanso, dimos el salto de 150 a 3.000 litros, emprendimos gracias a que como familia estábamos jóvenes, cuando uno tiene la fuerza, la energía y la inteligencia todavía está rápida”.
Es un convencido de que es el momento de la ciencia y tecnología, por eso en tres años ha invertido $us 700.000 en ciencia y tecnología para mejorar la productividad en la cabaña El Naranjal, una propiedad de solo 100 hectáreas, en las que opera la lechería en medio de un bosque rico en cuchi de 15 hectáreas.
“Miré usted, aquí (mostrando) trabajamos con una ordeñadora alemana que nos costó $us 150.000, que nos permite monitoraer al detalle que hacen cada una de las 300 vacas lecheras las 24 horas del día. Es una tecnología de primer mundo que usan productores en EEUU, Brasil y Argentina respetando el medioambiente”, remarca el producto Roca, que también se ha desempeñado como dirigente gremios agropecuarios y la cooperativa de aguas de Montero.
MODELO MADE IN SANTA CRUZ
En realidad, en El Naranjal se ha consolido un modelo de lechería para el trópico del departamento de Santa Cruz, el mismo que consiste en ser minucioso en todos los detalles, alimentar bien las vacas, según el clima, balancear en forma adecuada el alimento y tener instalaciones conforme demanda el clima, es decir, sombra y refrigeración con aspersión de agua y ventilación.
La limpieza de cada rincón de la cabaña es otro de los pilares de la buena producción, porque a altas temperaturas y humedad hay proliferación de bacterias. De ahí que el cuidar los detalles permite que tengan un promedio entre 25 y 27 litros por vaca cada día. “Ese cuidado acá en el trópico cruceño hace que el primer parto de una vaca sea a los 24 meses y que la mortalidad sea menos de 3% de las terneras en primer año, cuando en Santa Cruz el promedio es más del 25%”, precisa el director de la lechería.
*Texto e imagen: Urbe.bo
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