Este martes 15 de marzo, se celebra el Día Mundial de los Derechos del Consumidor,día en que debemos recordar el papel que juegan los consumidores en la economía. El consumidor al decidir realizar una compra, ejerce el derecho de exigir productos de calidad, naturales y éticos, que sean beneficiosos para su salud, que no dañen el medioambiente, cuidándonos del poder de la publicidad engañosa y de los intereses comerciales que nos rodean.
La promoción de los derechos del consumidor y su propia responsabilidad en conocer las normas que rigen la venta y consumo de alimentos en un medio saturado de comida ‘chatarra’, se ha convertido en una tarea ineludible del Instituto de Capacitación para el Desarrollo INCADE, una organización no gubernamental que en los últimos años se ha esforzado y dirigido sus capacidades a la protección de la salud a través de la ‘alimentación saludable’.
Un cuestionamiento autocrítico sobre el tema, nos llevaría a preguntarnos ¿Cuán responsables somos los consumidores a la hora de comprar y consumir alimentos? ¿Nos interesamos en conocer nuestros derechos y nuestras obligaciones como consumidores?
Desde el Estado en sus tres niveles de Gobierno, nacional, departamental y municipal, ¿Existen políticas de protección de los derechos del consumidor? ¿Es suficientemente socializada la normativa? ¿Quien la hace cumplir?
Considerado como un tema fundamental para el buen vivir de nuestra sociedad, el Incade, dirigido por la señora Adriana Montero de Burela, está en la tarea de llegar a la sociedad con las respuestas a estas interrogantes.

Según la directora del Incade, además de la existencia de una ley vigente, la Ley Nº 453, de 4 de diciembre de 2013, que tiene el objetivo de regular los derechos y garantías de los usuarios de servicios y de los consumidores en general, es el propio ciudadano que compra estos servicios y bienes de consumo, entre ellos los alimentos, quien debe conocer y hacer valer estos derechos. Es ahí, donde radica, la responsabilidad del consumidor.
Como ciudadanos, y consumidores, usuarios y usuarias, también estamos facultados para organizarnos en defensa de nuestros derechos de consumidores y la ley faculta al Control Social a jugar su rol de defensa, recibir los reclamos y exigir que la ley se cumpla.
Por otro lado, si bien los gobiernos departamentales y municipales cuentan, como en el caso de las alcaldías, con unidades de Intendencia y Defensa al Consumidor, éstas deberían planificar políticas de información y promoción de los derechos de los consumidores y trabajar en el cumplimiento de las normas entre los elaboradores de alimentos.

Si nos ofrecen un producto procesado, ese producto debe tener una etiqueta, con información que el consumidor debe manejar, como las fechas de fabricación y de caducidad o vencimiento, con qué está elaborado, dónde fue elaborado, qué contiene nutricionalmente y fundamentalmente, qué aditivos contiene.
Adriana Montero, alerta a la ciudadanía sobre el consumo de alimentos chatarra, que están llenos de aditivos, muchos de los cuales también son adictivos. Los comúnmente conocidos, son aquellos que le dan sabor y color a productos que no tienen ningún valor nutritivo, al contrario, producen efectos dañinos a la salud.
Incade, hace énfasis en que la comida chatarra es una gran imitación química, imita el color y el sabor de lo natural, por ejemplo, hay productos que dicen tener piña, frutilla; pero no tienen ni piña ni frutilla, el sabor lo dan las sustancias químicas sintéticas, colorantes y saborizantes artificiales. Y los aditivos que producen adicción, porque los fabricantes saben que logrando la adicción, sobretodo en niños, se asegura el consumo de sus productos.

Tema para reflexionar y dirigir la conducta alimenticia de nuestros niños en torno a las golosinas y otros productos procesados como los muy famosos chisitos, doritos y otros. Al igual que las mayonesas, hamburguesas, papas fritas, galletas, chocolates, gelatinas, gaseosas o sodas, chorizos o embutidos, y otros tantos de estos productos que a la larga provocan enfermedades, como la obesidad, diabetes y cáncer, entre otras.
Uno de los aditivos más utilizados, inclusive en la cocina familiar y en los locales de venta de comidas, es el Glutamato monosódico, cuyo código es E-621, y es comúnmente conocido como Ajinomoto, que es un potenciador del sabor y produce adicción.
La Tartrazina, E-102, un colorante alimentario sintético o artificial, que da color amarillo a los productos. Es considerado muy peligroso y se encuentra en casi todos los productos que consumen nuestros niños, especialmente en los kioscos escolares.
Otros aditivos peligrosos y muy utilizados por la industria alimentaria, son, el Aspartame, un edulcorante artificial y el Negro brillante, que le da el color negro a las bebidas.
La directora del Incade, señala que, las grandes transnacionales que elaboran sus productos procesados, si bien dan información en los envases, estos son colocados como códigos, que la ciudadanía no conoce ni entiende, pero existe la posibilidad de investigar por internet, para enterarse de sus características y el peligro de su consumo.
Entonces, la intensión definitiva de la labor que lleva adelante esta organización no gubernamental, es el de generar conciencia e información, para los consumidores sobre la existencia de una ley que nos ampara, que protege nuestros derechos, pero también debemos asumir nuestras responsabilidades.

Adriana Montero, dice que debemos empezar a ser más críticos, a analizar qué nos están vendiendo y qué estamos llevando a nuestros hogares para alimentar a nuestra familia, por eso se embarcaron en esta campaña del Consumidor responsable como una forma más de apoyar la campaña de Alimentación saludable, una campaña de producción de alimentos naturales en huertos familiares.
“Nadie nos obliga a comprar, lo hacemos de manera voluntaria, pero debemos estar informados sobre lo que compramos y conocer nuestros derechos como consumidores, tanto de servicios, como de los alimentos” afirmó la directora del Incade.

¿Lo sabía?, ¿Alguna vez se fijó que en el pie de las facturas, nos dan a conocer nuestros derechos? Sería bueno que nos fijemos para enterarnos que de alguna manera, la mayoría de los proveedores cumple con el derecho a la información que tenemos los usuarios y consumidores

La Ley Municipal Nº 211 de Alimentación Nutritiva y Saludable Para Una Vida Sana, aprobada el 17 de julio de 2019 por el exalcalde Mario Baptista, en la que se norma la venta de alimentos elaborados o procesados especialmente a los niños en edad escolar, podría ser puesta en vigencia en cuanto la actual administración municipal concluya con la elaboración de su reglamento
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